Porque he aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. —Isaías 43:19

El avivamiento es cuando Dios hace en días lo que normalmente tomaría décadas. —Duncan Campbell


Hay algo que he aprendido después de años de estudiar avivamientos: cuando Dios realmente se mueve en una región, trae cosas que nadie esperaba.

No solo trae más de lo mismo—más gente en la iglesia, mejores servicios, crecimiento numérico. Trae algo completamente nuevo.

Cuando el avivamiento vino a Gales en 1904, no solo llenó las iglesias. Las minas de carbón se llenaron de canto. Los pubs se cerraron por falta de clientes. La criminalidad cayó tan dramáticamente que los policías formaron coros porque no tenían suficiente trabajo que hacer.

Los caballos en las minas tuvieron que ser reentrenados porque los mineros habían dejado de maldecir y los caballos no reconocían los comandos sin palabras profanas.

Eso no es algo que puedes programar. Eso es Dios haciendo algo completamente nuevo.

Cuando Dios se mueve de verdad, no solo mejora lo que ya existe. Crea realidades completamente nuevas.

Trae sanidad donde había enfermedad. No solo mejora la salud—trae sanidad milagrosa que los médicos no pueden explicar.

Trae unidad donde había división. No solo mejores relaciones—reconciliación profunda entre personas que habían sido enemigas durante décadas.

Trae propósito donde había desesperanza. No solo mejor autoestima—una comprensión completamente nueva de por qué Dios te puso en la tierra.

Trae pureza donde había corrupción. No solo mejor comportamiento—corazones completamente transformados que ya no tienen hambre de las cosas que una vez los controlaron.

¿Por qué es importante entender esto cuando oramos por avivamiento regional?

Primero, porque necesitamos orar con expectativa correcta. Si solo estás orando por mejoras incrementales, no estás orando por avivamiento real. Estás orando por crecimiento de iglesia.

Avivamiento real es cuando Dios hace cosas que nunca has visto antes, de maneras que nunca esperaste.

Segundo, porque necesitamos estar preparados para lo inesperado. Cuando Dios realmente comienza a moverse, puede que no se vea como lo que esperabas. Puede que comience en lugares que no esperaste, con personas que no esperaste, de maneras que no esperaste.

He visto pastores perderse movimientos genuinos de Dios porque no se veían como lo que habían estado orando.

Tercero, porque necesitamos orar por cosas específicas. No solo "Dios, envía avivamiento." Sino "Dios, trae sanidad a nuestros hospitales. Trae paz a nuestras escuelas. Trae honestidad a nuestros negocios. Trae esperanza a nuestras comunidades."

Cuando oras por cosas específicas, reconoces las cosas específicas que Dios puede hacer.